Bendita Tecla.

Foto: Olé

NOTA DE OPINIÓN

Ernesto Farías se convirtió en la figura excluyente del clásico gracias no sólo a sus tres goles, sino a su gran despliegue dentro del campo de juego. El ex-River y Estudiantes demostró porque lo fueron a buscar y pagó nada más y nada menos que con una actuación únicamente calificable con un número 10 grande como la victoria de Independiente.

No todos los días se gana en la "bombonera" de la manera en que ganó este Independiente. Ernesto Antonio Farías tuvo mucho que ver en esa victoria que sorprendió a propios y ajenos. Cuestionado por un sector de la prensa desde su llegada, el "tecla" no parecía amoldarse a un equipo que le ofrecía pocas opciones de gol a un jugador que se ha cansado de hacer goles en todos los clubes donde jugó.

Sin poder mojar en las primeras cuatro fechas, el "tecla" no podía hacer uso de su mejor virtud: la habilidad goleadora. Pero el nacido en Trenque Lauquen pareció guardarse todos los cartuchos para el partido más importante del año. Se destapó nada más y nada menos que con tres goles (uno mejor que el otro) ante Boca Juniors. 

Pivoteando, asistiendo, luchando y con muchos "huevos", el número 19 despejó cualquier duda y expuso desde el juego que el partido no le quedó para nada grande. Un gol de palomita tras un perfecto movimiento en el área y luego un testazo sobre la hora para empatar el partido.

Y fue así que demostró porque es un bien llamado "refuerzo de jerarquía", un goleador lo que necesita es confianza y fue lo que le sobró a Ernesto al quedar mano a mano en la "bombonera" frente a Orión. Con la sangre bien fría, la pinchó magistralmente y se ganó rápidamente el corazón de muchos hinchas de Independiente que todavía no pueden creer el triunfo conseguido. Bendita tecla...

Gonzalo Barcena - @gonzobarcena